"Amor mío, amor mío.

Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo".

Vicente Aleixandre.

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jueves, 26 de abril de 2012

Cadenas de tiempo


Cuántas veces habré abrazado las horas... haciéndome menuda para alcanzar las agujas del tiempo Tantas veces he contemplado la vida que he congelado gran parte de su belleza en mi cerebro. He vivido tanto y a la vez tan poco, tan intensamente que he querido perpetuar episodios, que he deseado que murieran los segundos para no dejar paso a los minutos... El tiempo es mágico, es sabio, a pesar de que nos aguarda con sorpresas, a veces buenas otras malas, pero de todos modos te llena el alma de experiencia, sabiduría y reflexión. También ha ocurrido que hubiese deseado en alguna ocasión que el tiempo no se detuviera, para no sentir dolor, para borrar a su paso alguna que otra soledad anclada en mi pecho, pero contra eso nunca se detiene, es cierto... ni yo entonces tengo fuerzas para convencerla.

En todo caso me fascina, ese intocable monstruo de la vida que nos hace andar a su ritmo deshojando el calendario y al mismo tiempo nuestros pasos. Impecable chisme que implacable se muestra ante nosotros regalándonos siempre un antes y un después, mostrándonos por un segundo el pasado y el futuro... Sé que divago, y os preguntareis por qué esta obsesión o este desvarío… Pero es que el tiempo ahora mismo para mí es un tesoro del cual aún me queda por descubrir la mitad, a mis 42 años sigo pensando que no hay que rendirse ante nada, no hay nada imposible por realizar, nunca he sido una mujer pasiva y mucho menos lo voy a ser ahora, a mí los años no me ganan, no me empequeñecen, al contrario, me hacen más fuerte y más dispuesta a enmendar los errores cometidos anteriormente, y por supuesto a jugar mi último rol totalmente hecha y derecha, en mis plenas facultades ( hasta ahora)... Así que digamos que me siento joven "si sé que lo soy", pero conozco personas menores que yo que son ancianas de alma, de espíritu, yo sigo aquí con alguna que otra cicatriz de amargura en mi pecho por cosas ya vividas pero superadas...

No me siento heroína de esta vida, pero sí una persona que está en la disposición aún de darlo todo hasta el final.


jueves, 19 de abril de 2012

Valiente...


Si puedo, evito la palabra valentía. En mi inconsciente debe saltar un resorte cada vez que se me viene a la boca y enseguida la sustituyo por otro término con connotaciones menos desagradables.

La palabra valentía tiene su lugar de honor en los himnos militares, en aquella imagen de hombre sacando pecho, en esa manera tremendamente reaccionaria de entender la valentía como una cualidad sólo apta para hombres, para machos.

El mundo está lleno de personas valientes, claro, pero su valentía está escrita con minúsculas y su arrojo suele ser anónimo. Para qué poner ejemplos, se muestran a nuestros ojos a diario. Valientes son los que se buscan el pan en el otro lado del mundo, los que defienden su espacio de libertad en una dictadura, los que dicen lo que piensan a pesar de ganarse el rechazo o el desapego, los que luchan con entereza contra una enfermedad mortal, los que viven dignamente a pesar de tenerlo todo en contra, valientes son los que reaccionan con arrojo ante una situación en la que desearían no encontrarse, que no han buscado voluntariamente.

Esa valentía no tiene sexo ni nada que ver con la hombría, esa valentía no se basa en un despliegue de chulería física; conozco personas poco audaces físicamente que sacan el gigante que llevan dentro cuando de luchar contra una situación injusta se trata. Pero aunque este mundo, por fuerza, está poblado de valerosos supervivientes, procuro esquivar esa palabra.

sábado, 14 de abril de 2012

Paz interior



No hay nada más valioso e importante en la vida, que poseer algo que se llama Paz Interior, de nada valen riquezas, posesiones, ni tesoros, si uno no está en paz consigo mismo, y vaya que no es fácil lograrlo, hay que disponer de mucha fortaleza, para asimilar las vicisitudes que día a día nos agobian, de muchísima paciencia para tolerar situaciones incómodas, que de manera imprevista llegan a nuestras vidas, de mucha entereza para asimilar hechos dolorosos que no esperamos, en fin, hay que tener mucha fuerza para enfrentar la vida, y aprender de todo aquello que nos pasa, y que al final nos sirva para convertirnos en mejores personas, capaces de enfrentar todo lo que nos depare el destino, y salir airosos ante cualquier situación, y en un futuro recordar todas esas cosas que vivimos, y asimilarlas como valiosas lecciones, que nos enseñen a no cometer los antiguos errores del pasado, y si nosotros aprendemos todo eso, si vamos a poder lograr nuestra tranquilidad espiritual, nuestra calma, nuestra deseada  y nunca bien ponderada Paz Interior

martes, 3 de abril de 2012

Perdidas


Se han perdido las palabras
de mi poema de amor.
No están donde las guardaba,
sólo hay papeles vacíos
languideciendo de olvido
en un oscuro cajón.

Una vez fueron hermosas
rebosantes de pasión,
despertaban a la vida
cada vez que las leía
y escapaban en estrofas
a acurrucarse en tu amor.

Solloce pidiendo ayuda,
y solo el silencio acudió
a acompañarme a buscarlas
y mitigar mi dolor,
pero el silencio no sabe
cómo es un poema de amor.

Se han perdido las palabras,
mudo esta mi corazón,
y en los papeles en blanco
sólo hay rastros de mi llanto,
el aroma de tus besos,
y el sonido de tu adiós.

Miriam Brandan (Poeta argentina)