Estoy escuchando Claro de Luna, de Beethoven, siempre me ha gustado esta pieza, es una versión de Fausto Papetti, muy lograda, muy suave, es música para meditar, en estos momentos para recordar, no creía que fuese capaz, de recordar momentos pasados, he querido olvidar, pero es una utopía, cada uno tiene su libro de vivencias, el mío lo tenía escondido, en un rincón de mi corazón, cubierto por una capa de polvo, pero he querido abrirlo y recordar.
De golpe han venido imágenes, sonidos, risas, llantos, todo enmarañado, me he detenido a ordenar con un poco de raciocinio los temas, las imágenes con las risas, la ansiedad con momentos muy míos, incluso una lagrima por algo que me ha hecho vivir y luchar, mi familia.
La verdad es que sí que he vivido, creo que mucho más que la media, ha habido ratos buenos, pero también, y más últimamente, muchos ratos malos, la vida ha sido mi escuela, y estoy satisfecha de los logros.
Si se pudiera plasmar en unas hojas todo lo que he vivido, los sentimientos, los aciertos y los errores, seguramente sería un libro muy ameno, por lo menos interesante, ha sido una vida muy intensa, y también he descubierto que he vivido por y para mi familia, todo lo que recuerdo, es casi siempre relacionado con mi familia, la enfermedad de mi padre, el fin de mi vida en pareja, la excursiones, los viajes, las fiestas familiares… Es por esto que creo que al verme así, es cuando más noto la soledad.
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