Esta noche me imaginé entre tus brazos y un fuego
interno me invadió hasta traspasar las fronteras de la realidad. Esos cálidos y
suaves abrazos, que en el poco tiempo que duran, parecen eternos. Trato de
buscar una explicación, un sentido, a este sentimiento extraño que me ahoga por
instantes; que me dibuja una sonrisa pícara durante unos segundos.
No podía esconderme de tu mirada. Soñaba que buscabas
la luna para que te envolviera con su luz. Y junto a la ventana, un suspiro me se
escapaba en el silencio, mientras el rojo de esa misteriosa luna, se alzaba en
el cielo. En mis noches, sueño con alcanzarte, abrazarte, besarte...
A primera hora, ya despierta, me acerco a la ventana, y busco en cada rayo de sol tu presencia, mi piel se eriza y siento como mi rostro se sonroja. Siento un calor que me invade sin dejar de pronunciar tu nombre en mis adentros, pensando, ya ves, que si por casualidad, en ese instante, estás mirando por tu ventana, compartimos parte de un rayo de luz.
Esta noche, seguro, volveré a observar la noche a
través de esta ventana mágica que son mis sueños, ese paisaje entre realidad y
fantasía; y sentiré tu mano acariciándome la espalda, besándome suavemente el
cuello hasta llegar a mis labios, y que frente a frente cruzaremos las miradas hasta
quedar dormidos...
En sueños, todo puede ser...
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