"Amor mío, amor mío.
Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo".
Vicente Aleixandre.
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lunes, 31 de diciembre de 2012
domingo, 9 de diciembre de 2012
A veces la felicidad...
A veces, (y no
quisiera generalizar demasiado o que mis palabras sonaran a moralina), cuando tenemos la felicidad
frente a nuestros ojos, no sabemos verla. Siempre, o al menos muchas veces, pensamos más
en lo que nos estamos perdiendo, en el deseo de las cosas que no tenemos, incluso
cosas que otros poseen y nosotros envidiamos. Y la realidad es que todo lo que
necesitaríamos para ser felices está ahí, al alcance de la mano. Estamos tan
ciegos que creemos que la felicidad es algo difícil de alcanzar, y a veces
hasta nos auto convencemos de que nunca vamos a lograr ser felices, cuando la
realidad es que sólo depende de nosotros mismos.
Saber, y querer, encontrar
la felicidad entre lo que tenemos a nuestro alrededor en mucho más fácil que
buscarla más allá del horizonte; valorar
y cuidar todo lo que está al alcance de nuestros dedos, es a mi modo de ver, el
primer paso para ser felices, y es mucho más fácil que pasarnos la vida buscando
quimeras imposibles, en las que el riesgo, es desesperar y resignarse a ser
infelices toda la vida. Soy de las que piensa que la felicidad no está en un
lugar y hay que ir a buscarla, creo que la felicidad siempre está junto a
nuestros pies, en la charla con un amigo, en la mirada de un niño, en una
sonrisa cómplice… La felicidad es algo tan simple que se bebe gota a gota cada
segundo de nuestras vidas, a veces incluso sin darnos cuenta.
Esto
no significa que debamos renunciar a otros sueños más importantes, sino que
mientras caminamos por la vida, no debemos olvidar los pequeños detalles que
hacen el camino, que permiten a nuestros pies pisar firme, esos simples
adoquines que pavimentan el suelo hacia nuestras grandes metas son tan importantes
o más que la propia calzada.
Sabemos que los
grandes momentos de la vida están llenos de preguntas. Los grandes encuentros están
llenos de interrogantes, y en la medida en que hayamos sido capaces de alcanzar
nuestra felicidad, seremos capaces de dar la respuesta correcta. Importa lo que
somos y lo que queremos ser, y no tanto lo que tenemos o queremos poseer. La
felicidad, como la vida, es un viaje de ida y vuelta, por eso, de regreso a
casa, a la luna, al centro de la tierra o al interior de uno mismo, debemos ser
conscientes desde dónde partimos, y qué era lo que nos rodeaba para ser justos
con nosotros mismos. Todo es un gran viaje, en el que sabemos el punto de
salida y el de llegada, pero no el tiempo que tardaremos, ni con qué o quién
nos encontraremos. Y eso..., es lo mejor del viaje.
viernes, 30 de noviembre de 2012
Del amor a la soledad, y de la soledad… ¿a dónde?
Hay veces en
las que, casi sin querer, acabas junto a personas que te dan seguridad, pero la
realidad es que es un amparo falso, ofrecido a cambio de miedo, incomprensión e intransigencia.
Reconozco que entonces yo necesitaba sentirme segura y protegida, en cierta
forma es algo humano, al igual que amar, pero ¿por qué unir ambas sensaciones?
Tal vez así, el miedo, la incomprensión y la intransigencia dejen de ser un
camino en la vida, en el que, tarde o temprano, la respuesta sea el dolor.
Hace ya mucho
tiempo, "un buen día" conocí a alguien, y me dejé arrastrar desde la soledad hasta
el amor incondicional. Dejé de darle vueltas a las cosas y a la vida, dejé de
buscar respuestas pues me sentía “feliz”. Me encontraba llena de un aroma que
se infiltraba por mi interior tapando grietas, llenado huecos y ahuyentando
miedos. No necesitaba más porque amaba.
Pero en el amor se vive en una burbuja, que se frota y se araña contra la vida,
que se rodea, algunas veces, de debilidad humana. También, en ocasiones, te
vuelve frágil y dependiente. Ese tipo de amor, a la larga (y también a la corta), lastima y duele. Te adentra en el
camino de la distancia con el resto del mundo, sumiendo tu vida en un aparente
olvido... Y es en esa distancia donde una se acostumbra a su única compañía. Luego,
con el tiempo, pensar si alguien te amó de verdad cuando los arañazos están ahí,
es inevitable y me da cierto pudor confesarlo.
Pese a todo, creo
en las personas, reconozco las debilidades de los demás porque yo misma las
poseo, pero me he visto llorar en el espejo, he visto mis lágrimas cayendo por
las comisuras de unos labios que un día expresaron amor.
Después de ese
tiempo, no sé por qué, pero parece que he acabado sentada, casi acomodada, en
la soledad. Me he acostumbrado a depender de mí misma, a no temer ya que alguien
llegue a mi vida y que un día se vaya de mi lado, a la comodidad de estar
rodeada de gente y retirarme a mi mundo cuando me apetezca. Incluso he llegado a
encontrar cierta paz interior en la que, por fin, consigo escuchar mis propios
pensamientos. Y es que, a pesar de todo, he conseguido a un tiempo, salir al mundo y
vivir mi “soledad”.
viernes, 9 de noviembre de 2012
En el curso de los sueños
En mi juventud, a veces, me podía la
sensación de que el tiempo no pasaba y parecía detenerse la aguja del reloj, estancada,
bailando en el mismo lugar en un vaivén eterno. En las tardes de otoño, como ésta,
solía perder mi vista en los enormes sauces de un parque cercano. Me imaginaba
que estaban vivos, que se movían con una formidable majestuosidad, y exponían al
mundo sus hermosas hojas verdes, casi marrones ya. Y todo era tan real que la
vida alrededor llegaba a ser casi plana. Las mismas personas, la misma música,
los mismos programas de televisión, los mismos errores cometidos. Todo parecía morir
para volver a nacer al instante siguiente de una manera parecida si no peor.
Como parte de este mundo, avanzaba por las
calles mirando a los demás como si no fueran de mi misma especie, no podía hablar con ellos, no podía escucharles, no podía sentirles cerca. Me paré, me sentía incapaz de reconocerme. Toda mi vida reducida a tres pasos: del
trabajo al sofá, del sofá a la cama y de la cama al trabajo. Me cansé de gritar
palabras de rabia en mi contra, fragmentos sonoros que sonaban distorsionados, que
pretendía fueran golpes encubiertos a mi propia línea de flotación, para ver si así
reaccionaba. Mi cuerpo temblaba, sudaba, me imploraba. Me prometí dejarlo, me lo he prometido mil veces…
En este punto de mi vida en el que me
encuentro ahora, necesito un poco de fantasía, alguna historia maravillosa. Quiero
volar, respirar bajo el agua, hacer el amor con un hermoso príncipe azul que
mate dragones enormes para mí. Sin embargo, a medida que crecemos nuestra
felicidad parece ir disminuyendo, no quiero imaginar que me deparará la vida
cuando sea mayor, más mayor. Dicen que nuestra vida es en gran medida, como
nosotros decidimos que sea, pero por más que lo intento, no recuerdo haber
decidido nada de esto que me rodea. Necesito un poco de ficción, quiero viajar
a lugares remotos y desconocidos, quiero ver gente extraña, mundos
maravillosos. ¿Por qué todo tiene que ser tan terrenal, tan común, tan poco
imaginativo?
Sueño, y en mi sueño, el mundo vuelve a
tener color, las personas son maravillosas y ahora me siento una más en este
maravilloso lugar. Por fin vuelvo a ser yo misma. Estuve viajando, viaje años
luz hacia lugares desconocidos, llenos de indescriptibles formas, podía volar y
gritar tan fuerte que hasta los mismísimos cimientos temblaban con el poder de
mi voz. Hacia el amor con hermosos caballeros que batallaban con enormes
gigantes. Mi mundo, en mi sueño, parecía perfecto…
La perfección tiene un precio, nada es
gratis es este mundo, ni siquiera en el de los sueños, pero lo más importante
es que estoy aprendido a vivir a mi manera, a aceptarme como soy y aceptar a
los demás, ignorando en lo posible los caprichos de una sociedad que se mueve
al ritmo que le imponen. Pero, pese a todo, no he cesado mi búsqueda de lo
fantástico, sé que hay mucha magia en este mundo, la magia del amor, de la
naturaleza, de la creatividad… nunca dejaré de buscarla y cuando la encuentre, sé
que podré ser feliz, mientras tanto todo sigue su curso, y me gusta...
jueves, 1 de noviembre de 2012
La imagen poseedora de mis letras
Estoy despertando de un sueño.... en
donde tardar en despertar es un privilegio, en donde dejar de soñar es una
condena. Han venido a verme las musas, dueñas de estos sueños, las pasajeras
predilectas en este vagón de amor sin correspondencia en el que viajo desde
hace un tiempo. Han llegado y se han convertido en compañeras que trazan la
huella en mi sendero, en el camino de esta mujer errante que no logra descifrar
el mensaje que alguna vez dejaron en su almohada blanca, compartiendo ahora sollozos
y silencios...
Se presentó ante mí la imagen poseedora de
mis letras, de mi sentir más austero, y de mi fantasía más sublime. Ellas son
ahora: amantes y amigas, cielo y tierra, el todo y la nada. Me esperan cada
madrugada con la conciencia tan limpia como dedicada, con las manos sudorosas
de ausencias y con la piel erizada de emoción. No sé el motivo, pero decidieron
atravesar el océano para asistir a un encuentro sin invitación con tantas
palabras como miradas y recuerdos...
Al verlas, reconozco, que mi corazón se arrebató
de emoción, corrió fuera de mi donde estaban ellas, mis pupilas se adecuaron a
su imagen, mis pasos se ajustaron con disimulo para no dejar ver la ansiedad
que me recorría el cuerpo, mis mejillas sonrojadas dejaban claro que toda yo
estaba emocionalmente feliz.
Qué decir de cómo fue levantarse aquella
primera madrugada, después de reconocerme y de reconocerlas, de poder compartir
con vosotros lectores, lo maravilloso que es sentirse bendecida por la cercanía
de sus manos, por el susurro de ese abrazo único, por esos momentos de tanto
placer creativo, por la ternura imposible de dibujar en palabras las texturas
que abrigan la piel.
Detenida, recorriendo con la mente lo que
me quedaba en la imaginación, cabalgué junto a ellas por las llanuras de la piel,
cómo decirles que en el fondo las sentí siempre, que las anhele con el rigor
que extraña todo lo cálido que sus siluetas emanan. Que me negué a beber de
otros labios, que no podía con esta infernal ausencia.
Confieso que sus miradas me hicieron algo
tímida, que si cerraba los ojos los nervios jugaban con mi ansiedad. Que a
solas mi piel se erizaba, que las ansias me comían por dentro al pensar en escalar
sus mejillas con palabras en las yemas de mis dedos, en silencio, sintiendo los
latidos de mi corazón, sabiendo a ciencia cierta que me quemaban las ganas una
y otra vez, sin reparos, sin condiciones... Por sentir la fragancia de sus cuerpos
etéreos, por acariciar con dulzura la sed de su piel y su verbo. Por saberme mujer.
No hubo nada más, nada. La inocencia, la
imprudencia, la verdad.... ahí a merced nuestro, a disposición de lo que ellas
quisieran hacerme crear, a merced de unos sentimientos puestos en fila, de
tantas promesas sin cumplir todavía. Frente a frente, mis musas y yo, la osadía
del deseo que al fin ocupo su lugar, el delirio impuesto a su tiempo, la
cadencia y las miradas puestas en el orden exacto.
Al fin, aquí sigo, intentado expresar la magia de su presencia, la sensatez y la bondad que me ofrecen, queriendo, como cada madrugada, acercar mi vida a vuestras vidas. Gracias por estar ahí.
viernes, 26 de octubre de 2012
Respirar por el simple placer...
Por
fortuna están habilitados los sueños locos y las ilusiones con los que lleno
mis bolsillos de esperanza, y que son los que me dictan cómo he de seguir, y
hacen que me sobren las ganas; así como la fe, para perseguirlos una y otra
vez.
Así
he ido consolidando los pasos que he dado, y esta vez sin tan siquiera tratar
de conquistar todo con vano afán. Sinceramente, en este andar, a veces descalza otras con buen
calzado que me abriga los pies, definitivamente he excluido aquel llanto amargo
de antes y me he propuesto simplemente reconocer, no saberlo siempre todo.
En
el hoy por hoy, soy capaz de renunciar a todas mis pertenencias, de avanzar
considerando que la vida siempre vuelve a sonreír, que de vez en cuando es
posible soñar con noches brillantes, con momentos personales e íntimos. Y con
ello considerar cuánto he aprendido, que la calidad de lo que se obtiene nunca
es un accidente, sino más bien, el resultado de un esfuerzo inteligente que
reside en esperar con paciencia absoluta lo que el tiempo estime conveniente, lo
que más tarde deba ocurrir con una, una especie de disciplina de vida.
Por
tanto, me es más fácil detener mi mirada en las cosas bonitas de lo cotidiano,
del día a día, incluso apreciar lo que de interesante tuvo el día de ayer, asistiendo
así, de una manera diferenciada a dignificar mis caídas y a celebrar que soy
capaz de levantarme.
Ahora
puedo decir que mi vida no está en decadencia para así poder vivir y aprender
con sensatez, siempre y cada vez más. Suspiro por sueños renovados que son
provocados por el cariño, en lo más amplio de la palabra. Ideas y sentimientos nuevos,
que con el tiempo me servirán de evidencia.
Ahora
respiro por el simple placer que me brinda el aire que roza mi rostro, y si he
de derramar una lágrima será de agradecimiento y emoción infinita... por la
certeza de ser escogida y por lo condescendiente que se comporta conmigo desde
hace algún tiempo la vida.
martes, 23 de octubre de 2012
Tal como soy...
En este nuevo andar deseo apoderarme de los sentimientos y depositarlos, cual catarsis necesaria, en ese compilado de frases que pueden hacer un bosquejo de quién soy, de cómo me encuentro, y permita saber por qué me refugio aquí y en las palabras que salen desde la esencia misma que llamamos alma... Hoy he despertado comprendiendo el silbido del viento, desnudando mis sentidos, entendiendo este espacio propio que me asila en cada jornada y agradeciendo al silencio que me resguarde cuando nadie me alcanza.
Mi ser está en fase de acomodo que surge después de una interna lucha en donde he sido desprovista de todo y en donde una pequeña herida en el pecho ha hecho derramar unas cuantas lágrimas de desazón, como si pudiera acallar lo que comenzaba a surgir de dentro... Algo de malestar queda en el cuerpo, la vida misma deja huella en este duelo y el querer estar en plenitud de condiciones me desafía a salir adelante de manera urgente, para seguir recorriendo el camino y encontrar como aposento las miles de esperanzas que aun quedan guardadas.
La coraza que cubre el corazón es una cadena que acompaña mi cotidiano vivir. Ya no tapo mi cuerpo con ropajes que cubran mis entrañas; he comenzado a vestirme con la realidad misma de lo que conlleva mi existencia. Rescatando unas cuantas gotas de sabiduría que me caen con generosidad por parte de personas que sin conocerme demasiado, me sostienen, y de vez en cuando robo unas cuantas sonrisas que guardo para cuando intente abordarme alguna pena, me renuevo también, en varias miradas de sinceridad que me obsequian quienes me importan.
Así soy, tal cual, terca, obstinada, fuerte y leal.
domingo, 21 de octubre de 2012
Envuelta en tu recuerdo
Sin poder siquiera ocultar
estas sensaciones, voy por la vida intentando bordear las esquinas que me
acerquen a tu paso, al tesoro que guardabas celosamente en tus brazos. Me paseo
sin hacer ruido por tus sueños para que no me notes, es mi manera de aspirar a
esos besos tuyos que pudieron rozar alguna vez mis labios, y que hoy son como
el rocío que ante mis deseos se vuelven batalla, que me sumergen en un delirio
de mujer todavía enamorada.
Vivo en esta especie de interminable
madrugada, propuesta previa de algún discreto anochecer, en el que en mi memoria,
consigue dibujar tu silueta divina... Entre mis cosas me deleito con el
recuerdo que se manifiesta imponente, mientras, me fascino en la cadencia de
tantos movimientos exactos, cargo conmigo una pasión taciturna derivada de la
magia que ha conducido los hilos de mi vida, golpes eléctricos que estremecen
mi cuerpo, dejando volar mi imaginación, puedo medir mi locura sin reclamo
alguno, bajo una maravillosa esperanza estable y un querer sigiloso.
Ahora, entrañable, vengo y
me presento ante tu recuerdo, sin imitar ninguna otra historia antes contada, intentando
crear una leyenda que pueda ser la fuerza que impulse un presente sostenido y
que pueda mantener unidos futuro y recuerdo. Porque en la profundidad de mi ser,
mirarte a los ojos y decir mil veces te amo, todavía es posible, de acuerdo con
esta filosofía mía en la que jamás acaba esta peligrosa ilusión.
Desearía mirarte detenidamente.
Que sintieras que estar pensando en ti es primordialmente convicción, que
mencionarte día a día es desear perfumar el aire con la sustancia de tu vida,
que te has convertido en el ungüento de este vivir mi vida, porque este amor
imposible es la forma de permanecer vivo en mi, a pesar del tiempo y de las circunstancias.
Conmigo llevo como
constante un sentimiento que siendo inocente se viste de traje para llevarte de
la mano, a veces, aun cuando se pueda tornar frágil, mantiene en sus adentros
lo poderoso de lo robusto de este sentir apasionado y discreto. Está cubierto
del coraje de la verdad y es tan valiente como simple caballero hecho Quijote.
Con este orgullo de ser
parte en la prosperidad, y ser capaz de pintar con bellos colores aquella
construcción que este apego ofrece en la cercanía de aquellos abrazos enlazados
con el alma, y que solía acabar en sonrisas, palabras sabias, en cordura, y a
veces en necio dolor...
Envolverme, mientras me lo
permitas, entre tu rostro y mis sueños e ir, poco a poco, abriendo las puertas a
tus deseos y a los míos, desatar con suspiros encendidos la vehemencia de este
amor transparente de mujer deleitada por ensueños compuestos de alma y
esencia...
sábado, 20 de octubre de 2012
Carta a la vida
He considerado que es el
momento de escribirle una misiva a la vida, a esa vida que no trae manual y que
tampoco viene con instrucciones de uso, de comportamientos, de ideales, de
locuras, o de como amar…
Para comenzar contaré que
ha culminado un ciclo más de esfuerzos, gritos, sudor, lágrimas, insinuaciones, detalles, esperanzas y
desesperanzas, palabras, miradas eternas y constantes.... Comienza entonces,
otro ciclo donde cerrar la memoria, aún faltan mil días, restan innumerables
horas mientras se suman nuevos temores a no poder alcanzar la ansiada paz.
Pues mi alma hoy ha
amanecido algo entristecida, ensimismada, decaída de los pies a la cabeza, algo
extenuados los pensamientos y derrotados
los impulsos... Mis años que hoy los siento algo mas maduros que otras veces,
como de otra vida, me han dejado con algo menos de aliento, y es extraño porque
sé bien cuanto soy capaz de entregar en base a esta experiencia limpia que
cargo conmigo, cuento con mi propia manera de ofrecer amor, con mi inusitada
forma de hacer este trayecto plagado de avances, y de brindar a los seres que
me rodean lo que soy.
Pero desde hoy, y cada día,
esperaré que surjan nuevos motivos, alguna sorpresa inesperada que me renueve
la fe, las armonías necesarias para levantar mi espíritu, una frase que me
identifique desde el interior o una tranquila tarde en donde no me superen las
nostalgias.
Me complace oír cuando me
dicen que soy fuerte, triunfadora y segura... me jacto de no ser alguien que
tire la toalla en el primer intento, bueno ni en el segundo, tercero o cuarto. Quizás
el trasfondo simplemente está en que no me gusta fracasar. Deseo rescatar las
sonrisas que me han sido obsequiadas, restaurar los códigos que no se olvidan,
interpretar lo que no fui capaz de hacer en su tiempo y luchar por alcanzar lo
que mi corazón aún no ha podido.
Y mientras vuelvo a leer lo
escrito, medito mis posibles equivocaciones, y sólo me resta decir que en lo
que me queda por vivir no me dejaré vencer, ni dejaré de combatir y probar los interminables
desafíos que vayan llegando en esto que llamamos... VIDA.
miércoles, 17 de octubre de 2012
Una vez me dijeron...
Las 7 Palabras Mágicas
M U É V E T E
Mueve
tu casa, tu cama, tu cuerpo. Camina, sal por las mañanas, sal de la rutina del
trabajo, las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate
a aquellas personas con las que puedas ser auténtica y nutran tus sueños más
locos. No necesitas mover montañas: trasladar una pequeña piedra puede hacer
maravillas...
T O C A
Da
abrazos a todo aquel que quieras. Besa a la gente en la mejilla. Acaricia a tu
gato, a tu perro. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de un trozo de madera,
de diferentes texturas. El musgo, las cortezas, las rocas y el agua. Cuanto más
lo hagas más a gusto te sentirás con el placer de tocar...
E S C U C H A
Siéntate
en silencio y observa cuanto hay para ser escuchado. Escucha a la gente, lo que
están diciendo. Escucha hasta la última nota de cada canción. Escucha tu voz
interna, ésa que sólo escuchas cuando la confusión de cada día disminuye. Oye
el susurro de las hojas, el croar de las ranas junto al riachuelo, el crujido
de la madera ardiendo en tu chimenea. Escucha con tu corazón y así oirás
aquello que nunca habla.
S I E N T E
El
dolor, experimenta el gozo, hasta que notes que vas a evaporarte. Permítete
reír hasta que te duela, siente el amor desde lo más profundo de tu corazón.
Enójate y expresa tu furia, si es el caso, pero hazlo a solas. Si no sientes de
verdad, no estás viva.
C O N F Í A
Tú
sabes lo que necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla interna es tu
más profunda verdad, y ella te será útil de la mejor forma. Te arrepientes
cuando desconoces o niegas tu intuición. Ten esto en cuenta: finalmente, tú y
sólo tú sabes lo que es mejor para ti. Si gastas, sin darte cuenta, todo el día
pintando, eso es lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del mar,
encuentra la forma de hacerlo. Si no confías completamente en ti, te conviertes
en nada...
R E Ú N E T E
Con
las personas que amas. Toma el café acompañada, camina en compañía por el
bosque, conversa y habla, lee en voz alta para otros. Haz absolutamente todo
acompañado. Celebra que tu cabello, tu piel, tu cuerpo y tus historias, son
diferentes a las de otros y a su vez son completamente parecidas. Cocina y come
en compañía. Llora, laméntate, ríe, abraza a alguien...
R E C I B E
Acepta los cumplidos, la voz de apoyo que necesitas oír,
el abrazo requerido, ese momento para conversar, la comida en tu mesa, el
dinero que necesitas…, siempre de buen grado. Ábrete a recibir, abre tus manos
para que sean llenadas con abundancia por quien te aprecia. Recibe todas las
cosas buenas que mereces, y siempre recuerda mostrar gratitud por la vida, por tu
VIDA...
martes, 16 de octubre de 2012
Por ser mujer
Ayer fui al cine, bueno, más bien a ver una peli a un centro cultural. Era una película de fotografía muy hermosa, ambientada en China, en la época actual. Pero el tema era tremendo. Dos mujeres jóvenes que tienen que fingir para vivir juntas...y morir juntas. Ellas eran la una para la otra. Y eso está bien visto si otra está casada. Entonces esa relación no parece mala. Bueno, eso solo es el comienzo de la peli, pero es el argumento de muchas vidas. Y no solo en China.
La peli sigue por otros derroteros, pero la vida de algunas mujeres que conozco, sobre todo mayores de 45, es un calco de ese planteamiento. Puede que mi circunstancia laboral me haya hecho conocer varias mujeres en esa situación, pero también conozco otras que no lo están... Quiero decir, que, por ejemplo, me llamó mucho la atención escuchar decir que, durante el franquismo, el lesbianismo era tolerado porque era invisible, la amistad entre mujeres podía solapar el lesbianismo sin llamar la atención.
Y también matarlo, añado yo. Y confundirlo. Sé de casos que ante el deseo de una mujer en su vida perdieron mucho tiempo cultivando amistades que solo querían eso: ser amistades. No quiero decir que perdieran el tiempo por tener amistades, sino que no sabían cómo expresar la diferencia entre el deseo y como alcanzarlo.
En fin, como siempre me he liado.
lunes, 15 de octubre de 2012
¿Puede evitarse el amor?
Para mí fue tan inevitable como crecer. Inesperado y arrasador. Me refiero a ese gran amor que, como agua de lluvia, te deja lista para florecer. “Él era alto y rubio, como la cerveza”, y olía a limpio. Tenía un cabello sedoso que le acariciaba el cuello. Y era todo lo dulce, y tímido que puede ser un hombre a esa edad, y lo más alejado del prototipo viril.
En ningún momento me hubiese imaginado que un ser tan inofensivo, y con un aspecto tan frágil, pudiera abducir mi voluntad. Pero la inexperiencia jugaba en mi contra, y absolutamente desprevenida, me abrí completamente a él; con una entrega, sólo posible en ausencia del más mínimo recelo, y me enamoré hasta la médula, sin poder ni querer evitarlo.
La nuestra fue una relación tormentosa en la que los periodos de plenitud se sucedían de intervalos, cada vez más frecuentes, de tumultuosas escenas violentas, en los que yo me quebraba la cabeza intentando buscar soluciones, y él se dejaba arrastrar por una especie de reacción esquizofrénica que le daba la vuelta a todo, y lo sumía en un sentimiento de frustración que lo aislaba en una realidad diferente, reventándome cualquier intento de comunicación con él. Entonces se volvía huraño, se le irritaba la úlcera de estómago y me odiaba.
¡Cuántas lágrimas he derramado entre las sábanas con la certeza y el temor de perderle. Aún con todo esto, no podía imaginarme la vida sin él. Era un alemán, hijo de alemanes, inmigrantes en España, que llegó a aquí con 5 años, y aun no había logrado perfeccionar el acento. Había crecido entre dos culturas, la de su casa, presidida por una madre cuyo desprecio a todo lo español se evidenciaba en su negativa a aprender el idioma; y la del entorno, el Colegio, los amigos, las chicas... Siempre he creído que su doble vida era la causa de su perfil esquizofrénico.
Tenía sólo 21 años, uno menos que yo. Compartíamos un piso de estudiantes en Cádiz, con vistas a playa Victoria, uno de esos lugares donde acude la gente desde el otoño hasta la primavera a ver las espléndidas puestas de sol. Una estudiante de medicina de Badajoz, y otro pacense de náutica, eran los otros dos compañeros del piso. En época de exámenes estudiábamos hasta el alba, que salíamos a dar un paseo por la playa, antes de dormir, o de irnos a la cama, porque en aquel tiempo, el sueño era secundario. Nos excedíamos en todo, no conocíamos los límites.
Cádiz era una ciudad propicia al esparcimiento, nadie nos conocía, y nos ofrecía una sensación de libertad que paseábamos de la plaza de Falla, la de Minas o la de San Antonio; pero el Parque Genovés era donde pasábamos más tiempo por estar junto al Campus, y ¿cómo no? en la alameda Apodaca de cara a los acantilados, viendo acercarse los barcos hacia la bocana del puerto, sorteando los tres bajos señalados por el faro de Las Puercas, El Monje, y Los Cochinos, que tantas veces había de enfilar en aquellos tres tortuosos años de mi vida.
sábado, 13 de octubre de 2012
Insomnio, caer, caer, caer…
Cuando el agotamiento del insomnio, te atrapa en una tortuosa vigilia, en la que la inmensa noche te devuelve a la soledad de tu propia existencia, sin otra compañía que un angustioso miedo, caer en el sueño reparador es escaparse.
Si la muerte no te ha acechado haciéndote sentir verdadera angustia, si no has temido el proceso de una enfermedad diagnosticada, o si no has temblado a la espera de un resultado médico, si no has llorado por tus hijos en la antesala de tu propia muerte presentida, si las dolorosas circunstancias de la vida no te han llevado a ser presa del pánico, es difícil que comprendas lo que puede llegar a ser una noche de duermevela, en la que cada despertar te recuerda muy a tu pesar, quien eres, y te enseña a valorar el regalo que para los desdichados, que hemos pasado por esta experiencia, significa el sueño reparador.
Caer dulcemente en el sueño, es volar a un mundo mágico, de matizadas luces nocturnas, en los amplios interiores de casas antiguas, llenas de vida, por las que se pasean mis seres queridos, algunos ya ausenten. Es recuperar mi infancia, mi juventud, y la de todos los que me han rodeado, en un mundo en el que también están mis hijas. Es volver a abrazar a mi padre.
En sueños, a veces, asisto a elegantes fiestas nocturnas, en las que soy otra vez, una muchacha, que despreocupadamente, y liberada del miedo, me abandono ligera como el viento, casi volando, y palpitando como una adolescente en otros brazos.
A veces el sueño se convierte en un alivio de la propia lucha diaria, que además de alimentar mi maltratado cuerpo, reconforta mi espíritu, y gratifica mi mente, devolviendo a mis sentidos el deseo de sentirse vivos, como un celestial regalo: Caer, caer, caer... Como flotando entre algodonosas nubes que amortiguan mi caída hasta los abismos del sueño.
domingo, 30 de septiembre de 2012
Hay cosas que debo decir...
He
pensado mucho en cómo evitar escribir de la forma en que lo hago, simplificar
cuando es dolor o tristeza lo que siento, pero me es imposible, este blog no
está hecho para maquillar la verdad. Desde que lo empecé he dejado gran parte
de mi vida en él, puede que suavice, que coloree, que diseñe un poco el
contenido, pero la verdad sigue ahí... inmutable.
He
escrito infinidad de cosas, algunas de ellas nunca verán la luz, muchas de
ellas al amor, a la vida, reflexiones extraídas de alguna noche de insomnio,
pero cuando alguna adversidad o sencillamente un pequeño bajón me azota o me
zarandea tan fuerte que me cuesta mantenerme en pie, mis letras lo notan, no se
callan, pero se tambalean y ese es el tributo que debo pagar...
Este
espacio no tiene un gran diseño, ni un gran colorido en imágenes, no pretende
tener una cantidad forzada de amigos, ni siquiera aspira a que nadie deje
comentarios, este espacio es mi amigo íntimo, ese cómplice que me ayuda a
conocerme, ese pergamino de sensaciones o simplemente ese otro yo que a veces
soy incapaz de comprender.
Ocurre
que cuando mis textos son desgarradores o derraman un cierto airé melancólico,
me lleno de una sensación poco agradable, y los guardo en borrador ya que me
preocupa el hecho de que un día alguien los analice y se preocupe demasiado...
¡Soy yo! Y seguiré siendo yo, unos días mejor y otros peor, pero no pretenda
nadie que siga siempre en la misma línea porque entonces la verdad quedaría
fuera de juego.
Llegarán
mejores tiempos, escribiré desde la serenidad más absoluta, o posiblemente
ponga tierra por medio, muchas veces lo he hecho, añadiendo poesías de grandes
poetas, mientras tanto todo se calma, o no, pero hago lo que puedo para no
alargar demasiado este pequeño desequilibrio y no inundaros con mi falta de
lucidez. Con todo esto quiero deciros que lo leáis tan solo eso, y
ya volverá a amanecer.
Nunca
he cerrado el espacio, no al menos por un largo tiempo, sí que es cierto que
últimamente me ha pasado por la cabeza, pero también lo necesito egoístamente,
pues es lo único que me da fuerzas y gracias a él puedo seguir aquí...
desnudando mi alma, describiendo mis vivencias.
Entrad y pasead con la misma impresión de
cuando llegasteis por primera vez, solo son textos que me ayudan a
sobrevivir y a superar ciertos episodios... solo son palabras descorchadas que
salen y se evaporan en el mismo instante en que vosotros, mi queridos amigos,
las hayáis leído.
miércoles, 19 de septiembre de 2012
Nada nuevo bajo el sol
Tras unas semanas
fuera, a mi vuelta he tenido la sensación de haber estado suspendida en el
aire, ajena al mundo, ausente de su inflexible, ruidosa e inexorable rueda,
necesitando exilio. Al posarme de nuevo sobre esta vida, que ha seguido
transcurriendo sin mí, he percibido efectivamente que nada había cambiado, que
todo seguía en su lugar y en cierto modo esto me ha hecho feliz. Casi he sonreído
al comprobar que la cotidianidad de nuevo me envolvía, pues a pesar de esa
multitud de pequeños acontecimientos encontrados ,tabla rasa como la corteza
terrestre sobre la faz del mundo. Todo huele, suena y viste igual, o tal vez es
que necesite sentirlo así.
Acaso, eso sí, unos
cuantos, bastantes, sueños renovados, rescatados; y otros tantos, los precisos,
pensamientos atrapados y enviados a algún lugar donde no los encuentre nadie. Hasta me han salido al encuentro las lluvias, ese ambiente húmedo con olor a
tierra mojada, que tanto me enternece; aun en tiempos de sequía la he sentido,
esa tenue luz de las opacas tardes de tormenta, que siempre me ha llenado de
quietud; esa serenidad de las aciagas horas escuchando la música de las gotas
de agua en el cristal, que tantos recuerdos me despierta. Unas metas
alcanzadas, algunas, otras aun por alcanzar. Y he sentido, una vez más, que el
otoño se deslizaba subrepticiamente bajo los últimos días del estío para hacer
notar su presencia, recordándome que aún sigo aquí, que aún es tiempo de
disfrutar esta vida que transcurre...
Que inevitablemente
siempre transcurre…
jueves, 30 de agosto de 2012
Distancia de por medio...
Realmente el alejarme del lugar donde vivo, me ha ayudado a cargar de energía positiva mi vida... Son muchas las ocasiones que he comentado que el mar para mí es un lugar para tranquilizarme, para gozar, para sentir, para vivir...
Estos días que he tenido la oportunidad de pasar aquí, en Puerto Vallarta, han sido de lo más placentero, he logrado estar con gente importante en mi vida: Rubén, Antonio, Marina y Andrea, no se imaginan ellos lo que su presencia me ayuda y lo que aprendimos a conocernos cada día un poco más. De igual forma me da la oportunidad de conocer gente de diversos lugares.
La vida va a cambiar enormemente al regreso, pero sé que la vida es bella y sobretodo que estoy segura que todo será positivo pese a que aún hoy añoro su presencia.
domingo, 12 de agosto de 2012
Me voy de vacaciones
No soporto estar aquí más días, he comprado un billete de avión y me voy lo más lejos que pueda, necesito un cambio, y es urgente.
miércoles, 8 de agosto de 2012
Recuerdos
Estoy escuchando Claro de Luna, de Beethoven, siempre me ha gustado esta pieza, es una versión de Fausto Papetti, muy lograda, muy suave, es música para meditar, en estos momentos para recordar, no creía que fuese capaz, de recordar momentos pasados, he querido olvidar, pero es una utopía, cada uno tiene su libro de vivencias, el mío lo tenía escondido, en un rincón de mi corazón, cubierto por una capa de polvo, pero he querido abrirlo y recordar.
De golpe han venido imágenes, sonidos, risas, llantos, todo enmarañado, me he detenido a ordenar con un poco de raciocinio los temas, las imágenes con las risas, la ansiedad con momentos muy míos, incluso una lagrima por algo que me ha hecho vivir y luchar, mi familia.
La verdad es que sí que he vivido, creo que mucho más que la media, ha habido ratos buenos, pero también, y más últimamente, muchos ratos malos, la vida ha sido mi escuela, y estoy satisfecha de los logros.
Si se pudiera plasmar en unas hojas todo lo que he vivido, los sentimientos, los aciertos y los errores, seguramente sería un libro muy ameno, por lo menos interesante, ha sido una vida muy intensa, y también he descubierto que he vivido por y para mi familia, todo lo que recuerdo, es casi siempre relacionado con mi familia, la enfermedad de mi padre, el fin de mi vida en pareja, la excursiones, los viajes, las fiestas familiares… Es por esto que creo que al verme así, es cuando más noto la soledad.
domingo, 29 de julio de 2012
Hay días que me encuentro cara a cara con Soledad.
Cuando pienso que tenía un Hogar, me fumaria cien porros, me bebería diez botellas de vino peleón para olvidar…, me iría a otro planeta.
Hace unos días falleció mi padre, mi hermana también se ha separado, y la semana pasada se me ha incendiado una parte del almacén lleno de mercancía, y más cosas que no digo por no abusar de la paciencia de quien pueda leer esto algún día. Pero yo, a luchar, que parece que no sepa hacer otra cosa, pero que torpe soy, ¡¡Dios mío!! Pero además hay días que me siento especialmente triste, hoy es uno de ellos. Menos mal que tengo a Rosco, mi perro, que me quiere con locura, y yo a él.
Sin embargo, algunos días necesitaría a mi cómplice, y me revelo, pero me da pánico pensar en él y que me lleve otro berrinche. Se me vienen a la cabeza tantas cosas, la mayoría de forma precipitada, como que al principio de una relación hacemos lo que sea necesario, pero después, las cosas van cambiando y ya no somos los mismos. Yo no soy la misma.
Pues nada, a seguir como estoy, sola, pero con la ventaja de que no me siento como si me hubiesen dado un navajazo, como cuando esa persona te ha engañado. Lo nuestro, ambos sabemos que no debía continuar y así lo asumimos, entonces y ahora, aunque siga doliendo, pues el cariño…, ahí sigue.
Seguiremos rodando, aunque lo último que me apetece en estos momentos, es continuar, seguir sola y sin nadie a quien poderle comentar mis cosas o escuchar las suyas, sin nadie a quien querer, mimar, cuidar, sin nadie que llene la casa con una sonrisa.
Te echo de menos, pero saldré adelante, ya estoy saliendo.
domingo, 15 de julio de 2012
Adiós papá...
jueves, 12 de julio de 2012
Y llego el día....
Llego más rápido de lo que pensé, hoy será un día en el que dejaré atrás muchas cosas, muchos recuerdos de casi 10 años de vida. Hoy quedarán atrás alegrías, logros, éxitos, tristezas, enojos, berrinches, separaciones, viajes, ilusiones, esperanzas, derrotas, pero sé que todo esto lo puedo convertir en herramientas que me ayudarán en mi día a día a ser mejor mujer...
Olvidar..., imposible, fueron muchos los años que estuvimos juntos, que compartimos todo. De corazón deseo que quien estuvo a mi lado durante todo este tiempo, logre todo, absolutamente todo, lo que soñó. Es un ser lleno de luz, es un hombre lleno de amor, dispuesto a dar y a recibir. Es educado e inteligente, y se merece lo mejor del mundo.
Que por qué lo describo así y me despido de él…, simplemente porque cada uno tiene una misión diferente en esta vida... y juntos no podemos lograrlo. Sólo puedo agradecer desde este humilde rincón la sinceridad de sus palabras, la ternura de su clara mirada de miel, su tiempo y paciencia. Valoro el crecimiento de ambos, y doy gracias por cada uno de los momentos maravillosos, e incluso los no tan maravillosos, que me ayudaron a ser la persona que soy hoy, la mujer con ilusión y con ganas de vivir, de disfrutar, de gozar…
Hoy se cerró este círculo, pero dentro de él se queda todo lo que recibí de ti, de los momentos únicos disfrutados solos tú y yo, ambos sabemos lo que hemos vivido hasta llegar aquí, y deseo de corazón que así como yo guardaré todo esto imborrables recuerdos, y que el día que por tu mente pase una imagen mía, sea la más agradable que compartimos.
A pesar de todo, aquí estoy, 10 años no son pocos, son una parte importante de mi vida, y aunque a partir de hoy ya no estés, perteneciste a ella. Sé que voy a extrañar muchas cosas, muchos momentos, muchas conversaciones, muchas sobremesas, cumpleaños, viajes, regalos, sorpresas, amistades, pero también sé que si n día la vida hace que se crucen nuestros caminos, no dudes que tendré un saludo y una sonrisa para ti.
No necesito desearte suerte, pues naciste con ella, vales más de lo que piensas, solo necesitas darte la oportunidad de conocerte y valorarte, Cielo, tú puedes... y siempre serás para mí una persona especial.
Hasta pronto, sé muy feliz.
martes, 3 de julio de 2012
sábado, 30 de junio de 2012
jueves, 28 de junio de 2012
Date una oportunidad
Con esta vida tan ajetreada que estamos viviendo, donde el tiempo que tenemos no es suficiente y el tráfico a veces (o siempre) desquicia, o simplemente las obras en las calles acaban por desesperarte, es fácil que no hayas tenido oportunidad durante meses de poder darte un espacio para ti.
Imagínate que te des la oportunidad de una tarde, una sola tarde, en la que puedas disfrutar de dos horas en exclusiva para ti. Ponte unos vaqueros cómodos, aunque en realidad no importa mucho como te vistas, la cosa es que estés lo más cómoda posible, Vete a un jardín o una plaza del centro, escoge un banco debajo de un árbol desde donde poder observar el panorama...
De verdad date esa oportunidad de sentir lo que por falta de tiempo has dejado de hacer.
jueves, 14 de junio de 2012
Un abrazo
Si efectivamente eso es lo que nos hace falta darnos un abrazo de despedida en donde cada uno pueda sentir la fragilidad y el estremecimiento de cada uno de nuestros cuerpos, ese es el punto. En un abrazo puedes decir y sentir tantas cosas, en las cuales no son necesarias las palabras, la energía que emana de la unión de los dos hace que todo sea mágico, es como querer proporcionarle a la persona la mejor de las suertes en su nueva vida.... Hoy por la mañana me dijeron, no estés triste, recuerda que tú eres la fuerte. ¿Yo la fuerte? ¡Nooo!, Es lo que menos soy. Hoy simplemente siento que ya no está.
Sé que un abrazo me ayudaría a liberar las tensiones del saber que ya no está, que un abrazo me ayudaría a poder desearle la mejor de las suertes, que un abrazo me ayudaría a recordarle que estoy aquí por si algún día me necesita, que un abrazo nos ayudaría a decirnos: gracias por todos los momentos vividos, que un abrazo nos ayudaría a decirnos lo mucho que aún nos queremos.
En fin que un abrazo suyo…
sábado, 9 de junio de 2012
Entre paredes
¿Será verdad que en cada uno de los rincones de una casa se puedan quedar los recuerdos más importantes de una relación? No estoy segura de poder explicarme, pero he escuchado que cada una de las paredes que son testigos de la vida de las personas que las habitan, pueden mantener esos recuerdos, no sé, risas, lagrimas, momentos de júbilo o desesperación.
Si es así que carga más pesada llegarán a tener, habrá forma de liberarlas, o será mejor mantenerlas así…
sábado, 2 de junio de 2012
Compañero
Cada segundo marcado por el reloj lo he vivido con constancia y desafíos impuestos por mi gusto de ser siempre auto exigente, y es así como había avanzado sin perder el paso hasta ahora a lo largo del camino. Ha sido así como me he transformado en una mujer que sin dejar de sentir lo intenso de cada momento se acostumbró a que estos suelen ir depositando confianzas y reforzando los sentidos.
En esta ocasión se presentó una de aquellas ocasiones en que no me era fácil de comprender el por qué o para qué de una prueba que me pusiera cuesta arriba las ilusiones, pero la vida se presentaba ante mi con dos alternativas: o me dejaba vencer o me levantaba alzando la mirada y la voz para pedir una mano con urgencia y sin miramientos. Ahí estaba yo, desde esta distancia cercana que me había creado; aprendiendo a sostenerme fuertemente de la mano de quién se supone siempre había estado a mi lado, y comprender que sea como sea, en lo bueno y en lo malo, habría de estar también para aliviar mi carga y sustentar con amor uno de mis fracasos...
Cegada yo, y lúcido él, se volvió mi ángel, en cierto modo por obligación de mi parte, de manera que cada día y de diversas formas me comenzó a esclarecer el mundo para dejarme ver cómo es. Atento, claro, dispuesto y honesto, él era de repente, la conjugación de mis sueños y mis realidades. Una vida con un presente sólido e ineludible, pudiendo detenerme así, en aquello significativo que llegaba con su propia inquietud de compañero errante, de tal manera que no dejarme ningún segundo sola era su compromiso.
Y entonces, la sensatez retornada a mi mundo, me muestra cómo es que él es esa vida irrepetible que llega para ser vivida con orgullo y humildad, por qué sin saber cómo, es capaz de lograr de mí entrega y apoyo, y sin mediar permiso alguno, hace en consecuencia lo que es el verdadero amor. Cómo ha hecho lo contrario cuando le he pedido que se marche y lo acepto. Cómo es que ha dictado sentencia con prudencia y generosidad, hasta el punto de que no sé hacer otra cosa que agradecer a los dioses y a la vida su presencia, por qué sigo sin entender hasta donde llega el amor disfrazado de caricia que me sutura las heridas, con la simple condición de estar a mi lado en este momento de mi vida. Por qué sin él, la batalla seguramente la hubiese perdido...
Nada más puedo decir.
Nada más puedo decir.
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