"Amor mío, amor mío.

Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo".

Vicente Aleixandre.

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lunes, 10 de junio de 2013

El suelo que piso



El día empieza como todos, al menos yo no lo siento distinto. Estoy como en otra parte, como fuera de este mundo... en mi realidad, esa que mi mente inventa para ti cada madrugada. Estoy parada al final de algún camino, y aunque no quiero, siempre empiezo atada a tu recuerdo. ¿Por qué será que el desamor duele tanto? Quiero escaparme, corro, corro... en realidad trato de correr, pero no, no avanzo, permanezco, como anclada, en el mismo sito. Soy incapaz de moverme ni un centímetro.

La gente pasa a mi lado, no veo sus rostros, solo escucho ese murmullo casi desordenado retumbando en mis oídos. Un sabor amargo en la boca me hace desear un beso, tu beso, mi mente me pide resistencia porque sabe que eres mi principio del fin, mi anestesia total, así que Intento pensar en otra cosa, desear otra cosa, pero todo me lleva, sin remedio,  de nuevo, al punto de partida. Cómo decirte que estoy atrapada en mi propio laberinto, que después de tanto tiempo, todavía no encuentro la salida, o peor, decirte que la salida sigues siendo tú.

Repaso de nuevo secuencia a secuencia mi vida, y sigo sin ver otra solución. Y es que siento como el suelo que piso se desmorona con cada paso, que vivo con el miedo pisándome los talones, y que el vacío me atrapa lentamente, ferozmente, inevitablemente... Todo se vuelve oscuro. Y grito, o lo intento, porque inexplicablemente no sale sonido alguno de mi garganta. Ya no sé si estoy soñando, si realmente eres parte de esta pesadilla diaria, o si toda yo soy parte de tu sueño.

Desearía volver a dormir como cuando era niña y evitar así tu imagen, no tener ésta pesadilla horrible cada noche. Ni la angustia brotando de esta manera por mis poros, partiéndome en dos el pecho. Si amar implica esta agonía, tal vez hubiera sido mejor no amarte, no desearte desde el primer día... Me odio a mi misma, y te odio a ti por ser mi otra mitad inacabada. Dos segundos después me arrepiento.

Al final, lloro (tantas veces que ya perdí la cuenta) hasta que estoy seca por dentro, el dolor aún se hace más grande. Y quema. Y duele y asfixia… Y casi mata... Pero no, no muero. Sigo viva en éste duelo lento y profundo. Me envuelvo en la sábana y pido que hoy también sea sólo un sueño, un mal sueño que el ruido estridente del despertador cierre como cierro el libro donde guardé tu último beso cada noche antes de dormirme...

15 comentarios:

  1. Me gusta como escribes y tu estilo. Voveré a leerte.
    Saludos.

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    1. Gracias Máximo, por aquí andaremos, a veces no tan a menudo como me gustaría, pero seguiremos en la brecha haciéndoos partícipes de mis reflexiones y de mis angustias.

      Besos

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  2. Tus reflexiones y tus angustias me hacen revivir unos versos de Ángel González que dicen:
    "Cuando me encuentro un verso triste
    siento en mi alma como una caricia
    no es que me alivie la tristeza ajena
    es que me siento menos sólo".

    El pasado octubre coincidí con Mara Torres (una debilidad de mujer para mi gusto) en la presentación de su libro "la vida imaginaria". Tuvimos unos minutos para hablar e intercambiar confidencias y le comenté, que como a otros muchos lectores, yo también sentí que era "Nata" (la protagonista de su novela). Quedamos de volver a vernos dentro de unos años y verificar como nos cambio la vida desde ese momento y me dedico su libro con un abrazo y mucho cariño.

    La dedicatoria, hoy para ti, dice:
    "A Soledad,
    el final de una gran historia,
    es sólo el comienzo de otra mejor"

    Un abrazo.



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    1. Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
      y una voz cariñosa le susurró al oído:
      -¿Por qué lloras, si todo
      en ese libro es de mentira?
      Y él respondió:
      -Lo sé;
      pero lo que yo siento es de verdad.

      Ángel González

      Gracias Joshua por rededicarme esas frases tan bonitas y esperanzadoras, brindo porque este sea sólo el comienzo de algo mejor...

      Besos

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  3. Una historia que todos alguna vez hemos vivido. El desamor y la soledad parte el alma. A veces basta con una palabra para sustituir ese beso anhelado.

    Un abrazo

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    1. Es verdad Esmeralda, a veces una simple palabra, algo que le/la represente, qué sé yo... sustituye a ese beso tan deseado, tan necesitado... Pero en resumidas cuentas, al final, sólo su presencia calmaría todas tormentas.

      Besos

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  4. Y mis sentimientos, homólogos de tus palabras, se revolotean en mi pecho, queriendo despertar los recuerdos, esa lucha mía por olvidar, por superar; noches, días completos de lucha contra mis propios sentimientos, no una lucha, una masacre, sí, eso, una masacre, porque "matar el amor que sientes por alguien" es eso, porque no debes amar a quien daño te hace, a quien te olvida mientras tú lo anclas en la memoria y en el alma...

    Es entonces, que te dejo un fuerte abrazo querida.

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    1. Esa lucha diaria, ese infierno a veces que palpita y quema... Al final sólo el tiempo, el cansino y despiadado tiempo, es el que acaba con el pesar, con esta "masacre" de sentimientos encontrados. Lucha, no dejes de hacerlo...

      Besos con cariño.

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  5. nos golpea fuerte el amor,y más cuando uno está enamorado y por x cuestiones esa otra parte de tu vida se aleja,es terrible,si,asi como lo escribo, yo lo sé bien,cuesta avanzar,el dia,sobretodo las noches y los momentos en los que los recuerdos te atrapan,son momentos difíciles de superar,si lo sabré yo,pero también sé de algo...se supera,todo pasa,la actitúd es pieza clave,eso también lo he aprendido,porque todo se aprende,hasta a olvidar,si que lo sé también,nosé si lo que has escrito es tu historia,pero como siempre me ha gustado leerte despúes de tiempo,me hizo recordar mi pasada historia,pero no con tristeza ni dolor,sino como una bonita y distinta historia que aconteció en mi vida...buen fin de semana amiga escritora,un saludo a la distancia.

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    1. Tienes razón, después de tanto tiempo... Por desgracia he tenido que ir dilatando mis escritos en el tiempo, en la vida surgen piedras que hay que ir sorteando como se puede, unas veces es mejor rodearlas, otras escalarlas, otras... Pero sigo por aquí en la medida de lo posible, así que te pido paciencia a ti y al resto de mis lectore/as.

      En cuanto a los sentimientos, pues qué decir, que van y vuelven, recuerdos, sueños, esperanzas con o sin motivos... La vida no es un camino recto, y en cada curva puede aparecer lo más insospechado, unas veces para bien, otras para no tanto. Pero es lo que tenemos y hay que seguir.

      Besos amigo.

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  6. Porsupuesto que si,lo bueno se hace esperar,como aquellas estrellas fugaz que he visto,se toman su tiempo antes de volver a aparecer ante mis ojos y no me impaciento porque cuando las veo me digo valio la pena esperar,asi espero tus escritos.
    Respecto a las piedras,si que las encontramos todos en nuestro andar,algunos les cuesta mas que a otros sortearlas,pero lo importante es ir con la actitúd de sortearlas,claro que a veces las fuerzas se desvanecen y alguna vez tropezamos,es parte de la vida,es parte del amor,creo que esta es su parte mas fea,bueno amiga escritora,que ese corazón tuyo no desfallesca en el intento,que sigas sintiendo y te siga dictando cosas bonitas para escribir,un abrazo a la distancia y hasta muy pronto ó talvez no muy pronto,pero que vuelvan a ver mis ojos un escrito tuyo....

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  7. Cambia el timbre del despertador, cambia las sábanas, cambia los sueños, cambia. En el mercadillo de los trueques hay amores (y desamores) a buen precio. Todos distintos, todos parecidos.
    Un abrazo

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  8. hola soledad,paso otra vez por tu blog,cuelgo mi saludo y sinceros deseos de una buena semana para ti,un saludo a la distancia.

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  9. Hola, con la esperanza de pronto leer algo nuevo de tu maravillosa pluma. Así mismo deseando que te encuentres bien.

    Besos y abrazos.

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  10. Hola amigos, tengo la esperanza de que pasadas ya unas semanas mucho más convulsas de lo deseado, regresar en breve junto a vosotros con una nueva reflexión. Sólo puedo deciros: mil gracias por vuestra paciencia conmigo y mil besos con cariño infinito.

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