"Amor mío, amor mío.

Y la palabra suena en el vacío. Y se está solo".

Vicente Aleixandre.

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miércoles, 16 de mayo de 2012

Amigo mío, tu crees? Contesté...


Yo poseo palabras ya cuajadas, que laten despacio guardadas en mis raíces, donde la lluvia las fortalece, donde la nieve descansa protegiéndome del frío intenso, de la dureza de un paisaje muerto... del oscuro silencio de las voces de todo aquel, que como yo, reflexiona primaveras pasadas. Y con este cálido pensamiento me guareceré hasta la explosión de mis nuevos tallos, fortalecidos por el crecimiento interior de mi letargo, y por la caricia de vida que aún me sostiene. Palabras que sucumben desiertas y huérfanas durante una conversación con mi madrugada...

Encarceladas, maniatadas por la voz de mi cansancio... pues las emborraché de hastío, para que el viento las levante con furia hacia todas partes, cayendo de nuevo sin sentido... Y siendo oscuramente mías, acribillan nuevamente mi voz, con los cristales de la ausencia y espinadas horas muertas escuchando la voz de la soledad. Poseo palabras que anidan en mis brazos, a veces turbias a veces fuente clara... otras son agujero negro en mi boca, donde se sumergen hasta evaporarse, o hasta que expiran en la comisura de mis labios. Otras se agitan en mi interior convirtiéndose en arena, para llegar al desierto de todas aquellas almas que ya han vaciado su dolor.

No son actos, solo palabras, impregnadas en la memoria producto de los actos de los demás... de sus huellas, de sus silencios, y del dolor que han depositado en mí... La coherencia de estos, está en haberlos recibido, vivido y aceptados dignamente. Palabras que sacudieron mi epidermis, el caos de mis pensamientos, devorando las perlas nacaradas de mis lágrimas. Palabras, ya cadáveres en mi lengua, ya incineradas, y que ahora tan solo son ecos vacíos de la muerte repentina de la razón, provocando que mi vocabulario agonice... Eso sí, ensanchando mis arterias y liberando mis delirios.

Conclusión: Las palabras tienen la importancia que yo les dé, algunas veces poca y otras mucha, pero nunca dejaran de ser importantes... porque unas ayudan a crecer o a sobrevivir y otras a dejar de hacerlo... pero ninguna de ellas dejan de tener sentido, solo hay que reflexionar en cualquier caso. Eh ahí la importancia.

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